Este refugio comenzó siendo un proyecto en 1994 de la mano de Jorge Anfuso y Silvia Elsegood, con el objetivo de conservar las aves en peligro de extinción. El 27 de noviembre de 1997 la provincia de Misiones les cedió 20 hectáreas bajo ley provincial Nº 3468, denominado “Paisaje Protegido”. Lleva el nombre de Andrés Giai, reconocido como primer naturalista de la provincia, y hoy en día sus restos descansan en este refugio.
Al entonces Centro de Recuperación y Recría de Aves Amenazadas le buscaron un nombre más afín a sus tierras y surgió “Güirá Oga”, que significa “la casa de los pájaros” en guaraní; aunque con el tiempo decidieron ayudar también a otras especies de animales silvestres en situación de riesgo.
El predio posee un hospital para los animales, con incubadora y quirófano, donde se lleva a cabo la asistencia necesaria para cada uno de los animales que habitan temporalmente el refugio. También cuentan con un área de rehabilitación y nutrición donde se realizan los alimentos adecuados para cada especie. Güirá Oga se caracteriza por el respeto a la selva. Para construirlo no se taló ningún árbol, preservando la flora y fauna del lugar, y su estructura está totalmente integrada a la selva. Tal es así que el sistema eléctrico se distribuye a través de un área subterránea, evitando el contacto directo con los animales.
El refugio lleva a cabo varias capacitaciones de concientización, comprometidos con el área natural de la selva misionera, y también cuenta con cursos profesionales relacionados a la flora y fauna. El predio se mantiene principalmente a través de la entrada que se abona al ingresar, pero también reciben donaciones para el cuidado y la alimentación de los animales. También cuenta con un sistema de voluntariado, donde las personas tienen la oportunidad de ser parte del proyecto y adquirir conocimientos en contacto directo con la fauna local.
Una vez ingresados los animales en el refugio cumplen un proceso dependiendo su estado y motivo por el cual entraron. Se les realiza un estudio veterinario y en ciertos casos pueden ser aislados por un tiempo. Después de su recuperación, se evalúa si pueden volver a su hábitat natural o si requieren de más tiempo. Hay algunas ocasiones donde requieren del cuidado permanente para sobrevivir y deben permanecer en el refugio.
El recorrido comienza con una proyección que muestra la inmensidad de Misiones y las diversas especies que se encuentran en el refugio. Una vez finalizada la introducción, nos subimos al vehículo que nos lleva y muestra cada rincón de Güirá Oga. ¡Ver las mariposas de infinitos colores que sobrevuelan constantemente por el lugar es increíble!
Durante la visita se pueden ver monos, coatíes, loros, guacamayos, águilas y halcones, entre otros. ¡Pero Güirá Oga no es un zoológico! Es un centro con animales cuyas lesiones no les permiten sobrevivir en la selva misionera. Es por eso que la mayoría debe estar en jaulas durante el proceso de recuperación. Casi todos los accidentes que sufren los animales ocurren en la ruta 12, que une la ciudad de Puerto Iguazú con las Cataratas del Iguazú. El objetivo es que una vez recuperados vuelvan a su hábitat natural, su hogar. Por eso, quienes visitan el refugio lo describen como “un lugar para tomar consciencia”.
El refugio está construido en un predio selvático de 19 hectáreas, ubicado en el km 1637 de la Ruta Nacional 12 de Puerto Iguazú. ¡Muy cerquita de las Cataratas! Güirá Oga es una excursión ideal para disfrutar en familia porque personas de cualquier edad y estado físico pueden realizarla. El centro abre todos los días de 09 a 18hs, aunque el último grupo comienza el recorrido a las 16.45hs. La visita dura aproximadamente 1 hora y media y se hace junto a un guía especializado en educación ambiental. Te recomendamos utilizar ropa y calzado cómodo y llevar repelente para insectos.
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