Estas son algunas claves interesantes que debes tener en cuenta cuando hagas excursiones en Cataratas del Iguazú:
1. Visitar la Garganta del Diablo desde arriba y de frente, y sentir su fuerza. Este es un paseo obligatorio por su belleza y poder. Sólo quien se haya parado junto a la baranda de los miradores, se haya empapado con la bruma y sentido la fuerza que transmite este salto maravilloso podrá realmente decir que estuvo en Cataratas. La Garganta del Diablo nos deja boquiabiertos por el hermoso paisaje que se crea y por sobre todo por los nítidos arcoíris que se forman los días soleados. Una de las sensaciones más fuertes se vive al observar este salto desde arriba y mirar hacia el fondo del cañón, desde cuya profundidad Boi, la diosa serpiente, vigila atenta. La imagen del agua cayendo con tanta fuerza es hipnótica y ciertamente vertiginosa y el rugido del agua al caer y al golpear contra el fondo eriza la piel.
2. Cambiar aprehensión por admiración. Este lema lo tomé de uno de los carteles que se encuentran en los senderos del Parque Nacional. ¡Y es muy cierto! No hay que tenerle miedo a la selva, todo lo contrario, hay que respetarla y maravillarse con su diversidad, formas, sonidos, texturas, colores y estrategias de supervivencia. Las mariposas revolotean alrededor de los visitantes como queriendo adornar sus cabellos y sus ropas, los coaties se acercan a los grupos de turistas y las urracas chismosas con sus coloridos plumajes espían desde los árboles más cercanos a las pasarelas.
3. Bañarse bajo las cascadas. No muchas veces en la vida podrás bañarte en las aguas del del río Iguazú y sentir toda su fuerza. Una de las excursiones dentro del parque ofrece un bautismo de brumas en algunos de los saltos más importantes de las Cataratas. Con una embarcación te sumergirán en las brumas de las cascadas, una suerte de llovizna que se produce cuando el agua golpea con toda su fuerza sobre el fondo rocoso del río, muy cerquita de cada caída de agua para quedar literalmente empapados y felices.
4. Internarse por los senderos del parque y sentir el latido de la selva. Los senderos de ambos parques se internan en la selva paranaense. En todo su recorrido podrás ver que la selva está viva, descubrir sus habitantes y sentir la energía que la selva transmite. Respira hondo mientras caminas y permite que el aire puro ingrese en todo tu organismo. Así sentirás como la naturaleza ayuda a relajarse y liberar todo el estrés.
5. Percibir la selva con los demás sentidos. La selva no solo se admira con la vista, también se puede disfrutar y descubrir con los demás sentidos. Oye el canto de las aves, el zumbido de los insectos y el susurro de las aguas en movimiento. Percibe la pureza del aire, los olores de la tierra, de la vegetación, del agua y por supuesto de los habitantes de la selva. Siente la frescura del agua en la piel y, con mucho respeto, siente la textura de la selva y de la tierra.
6. Sentirse parte de la selva. Tanto en las caminatas por la selva como al hacer canopy, “volar” sobre el techo de la selva, podrás sentirla y sentirte un integrante más de esta. Lo importante es poder sintonizar la frecuencia de la selva y dejarse llevar por su ritmo. Así podrás disfrutar la selva al máximo y descubrir a cambio lo que ella puede brindarte.
7. Descubrir la herencia de los antiguos guaraníes. Presta atención a las historias que te contarán de los antiguos moradores de la zona. ¡Son un gran legado cultural! De ellos podrás aprender muchas cosas, así como maravillarte con sus historias, su arte y sus creencias.
Estos son pequeños detalles que marcan una gran diferencia, que hacen que la visita a este lugar de ensueño sea maravillosa y que sea una experiencia única e enriquecedora. Tenlos en cuenta cuando viajes a Iguazú.
¡Los invitamos a que vengan a vivirlo ustedes mismos! Y que puedan compartir con nosotros cuáles son para ustedes los detalles imperdibles al visitar Iguazú. Los invito a que participen en la Fan Page
